El Trastorno Obsesivo-Compulsivo, conocido por sus siglas TOC, es un trastorno de salud mental caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones que afectan de forma significativa la vida diaria de quienes lo padecen. Se estima que alrededor del 2% de la población mundial experimenta este trastorno en algún momento de su vida.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas del TOC se dividen en dos componentes principales:

Obsesiones: Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y no deseados que generan ansiedad o malestar. Estas obsesiones pueden estar relacionadas con el miedo a la contaminación, la necesidad de simetría, pensamientos violentos o temores relacionados con la seguridad personal o de otras personas.

Compulsiones: Comportamientos repetitivos o actos mentales que la persona se siente obligada a realizar para reducir la ansiedad provocada por las obsesiones. Algunos ejemplos incluyen lavarse las manos de forma excesiva, ordenar objetos de una forma específica, contar de manera repetitiva o verificar puertas y electrodomésticos para asegurarse de que estén cerrados o apagados.

¿Cuáles son las causas del TOC?

El TOC es una condición compleja cuyas causas no se comprenden completamente, pero se cree que su origen está relacionado con una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales. Algunos de estos factores incluyen:

Genética: La predisposición a desarrollar TOC puede heredarse, ya que es más probable que una persona lo desarrolle si tiene familiares con el trastorno.

Alteraciones neurobiológicas: Se ha identificado una disfunción en ciertos circuitos cerebrales relacionados con la regulación del comportamiento y la toma de decisiones.

Factores ambientales: Experiencias traumáticas, episodios de alto estrés o infecciones por ciertos tipos de bacterias (como el estreptococo) podrían desencadenar la aparición del TOC en algunas personas.